domingo, marzo 14, 2010

Un Chien Andalou. Un perro que con 81 años continúa ladrando.


Buñuel. un poco de cine y surrealismo. 


París Francia, 1929. Primera proyección pública de Un Chien Andalou (Un Perro Andaluz) ópera prima del director español Luis Buñuel (1900-1983). 

Duración: 17 minutos. 

Lugar: las Ursulines, Francia.

La primera proyección de este cortometraje reúne a pintores, escritores y aristócratas de la sociedad francesa, y particularmente a inicial grupo surrealista liderado por André Breton y seguido por Max Ernest, Paul Eulard, Tristan Tzara, René Char, Pierre Unik, Tanguy, Jean Arp, Maxime Alexandre, Rene Magritte, entre otros. 
La película a blanco/negro y muda, se proyecta.
Detrás de la pantalla con un gramófono, el mismo Luis Buñuel (según sus palabras), alterna algunos tangos con la ópera Tristán e Isolda de Richard Wagner, para darle una rudimentaria musicalización a la presentación. Sobre este aspecto cabe subrayar que hay una pequeña imprecisión al parecer no resuelta: De forma generalizada ha sido aceptada la musicalización que se conoce de este film como la que se propuso desde su nacimiento, esta musicalización se incorpora de forma real en los años 50’s, al parecer basada en la propuesta inicial de Buñuel, pero, en el DVD de esta película restaurado por la Filmoteca Española que se encuentra en la edición del libro Un perro Andaluz 80 años después, publicada por la Sociedad Estatal De Conmemoraciones Culturales de España, hay una musicalización diferente que según recientes investigaciones sería la musicalización real que se dio en la época en que se produjo, se proyectó y distribuyó el cortometraje, dando así nuevas formas, influidos por la música, de percibir y sentir esta obra—. Un chien Andalou continúa la proyección y en los bolsillos del pantalón del director Aragonés se alojan piedras dispuestas a impactar al público si la película se considera un fracaso. Fin de la proyección y grandes aplausos. Buñuel se deshace de las piedras y Un Chien Andalou pasará a la historia, junto a L’âge d’or (La edad de oro. 1930), del mismo director, como las muestras de cine surrealista en su estado más puro.
 El temor de Buñuel en aquella proyección era ser rechazado por el grupo que comandaba Bretón, y que su película se considerara algo irrelevante, pues ya antes, en 1926, La coquille et le clergyam (La concha y el clérigo), película de Germaine Dulac, con guión de Antonin Artuad había sido rechazada y abucheada por el grupo surrealista; y un año antes, L’étoile de mer (La estrella de mar) un cortometraje dadaísta de Man Ray y Robert Desnos, se había paseado por los campos del surrealismo sin lograr el reconocimiento que tendría la obra de Buñuel, quien sin ser en ese momento un miembro declarado del movimiento, tenia muchos aspectos que lo relacionaban a éste. Ya lo dijo en su libro biográfico Mi último Suspiro: “el surrealismo fue, ante todo, una especie de llamada que oyeron aquí y allí, en los Estados Unidos, en Alemania, en España, en Yugoslavia, ciertas personas que utilizaban ya una forma de expresión instintiva e irracional”. Buñuel encarnaba ya de alguna forma la traducción de la escritura automática planteada por el surrealismo a la creaciones automática de imágenes contundentes.
Un Chien Andalou, nace, como repetidamente se cuenta, en la convergencia de un sueño de Salvador Dalí y de Luis Buñuel, y esto no resulta tan contingente como podría parecer, pues Buñuel, amante del recuerdo de los sueños y de las ensoñaciones continúas, tendrá toda la vida en éstos alimentos para algunas de sus películas, buscando evitar de esta forma razonamientos y explicaciones en ellas. Le charme discret de la bourgeoisie (El discreto encanto de la burguesía. 1972) La voie lactée (La vía Láctea.1969), Viridiana (1961), son algunas de ellas. 
Dalí por su parte usó la fijación de imágenes tomadas de los sueños para posteriores trabajos, “Abusando de ellas”, en opinión de André Breton.
El guión de Un chien Andalou es escrito en una semana, basado en una regla simple: No aceptar imágenes que dieran lugar a una explicación racional, psicológica o cultural. Debían ser imágenes que causaran impresión sin un muy claro por qué. Años después Buñuel consideró absurdo buscar explicaciones en ésta película, ya que sólo era una manifestación de emociones.
Muy bien sabían al tener el guión terminado que ningún sistema de producción normal iba a financiarles la producción, por tal razón la producción se realizó con dinero de María Portolés, la madre de Buñuel. Éste, luego de gastar la mitad de ese dinero en fiestas y ambiguedades, decide producir realmente la película y contrata para ello a Pierre Batcheff y Simone Mareuil como protagonistas, y Duverger, a quien conoció cuando trabajó para el director Francés Jean Epstein, lo contrata como operador de cámara. La película se rodó durante 15 días en los estudios Billancourt. Después de la premier Studio 28 la compra, ésta dura 8 meses en cartelera, convirtiéndose en un gran Boom.
Para los surrealistas  el auge comercial resultaba sospechoso y el film quedaba en entredicho; pero con sospechas, demandas, censuras e incluso dos abortos en plena proyección, la película seguía ladrando. Hay que anotar que las interpretaciones culturales, semióticas, lógicas, intelectuales, y toda orden de lo racional, eran los aspectos contrarios a lo que el surrealismo apostaba, por lo tanto, poco valdría buscar una interpretación o análisis de este tipo a Un Chien Andalou y a mucho del trabajo de Buñuel.
Un Chien Andalou, es una película que se construye en lo aleatorio que pueden ser los sueños, con ordenaciones sin conexiones lógicas entre sí, quizás lo único formal que los une, es una unidad  intencional de emoción, pues aunque los sueños manejen elementos muy dispares (cabe recorder lo inconexos que resultan algunos de nuestros sueños en las noches) pueden revelarse unidos por relaciones, sensaciones, sentimientos, intenciones o temores secretos y es allí donde se puede encontrar asociaciones o relaciones mentales un poco  libres de las intromisiones de la conciencia o la lógica.
A pesar e ello, durante la película se hacen notorias algunas de las temáticas propias de los creadores, por lo menos en lo visual e inmediato. Unas de ellas son Las hormigas, que para Dalí representaban la muerte y para quien además la degradación de la música al servicio burgués se representaba con el piano. La negación del erotismo, de lo sexual  y el peso de la religión son reflexiones claves en Buñuel, así como lo flexible del tiempo y del castigo, entre otras que por ahí se esconden, insinuándose continuamente. 


Ampliando las lecturas es válido recordar a Françoise Truffaut quien decía que Buñuel más que un creador de imágenes subversivas era uno de los más astutos creadores de tramas en la historia del cine
—comentarios al aire que pellizca reflexiones más  profundas—.

El surrealismo le prestó particular interés al cine, pues veían en él, un arte nuevo para trabajar lo onírico, con la posibilidad de traducir los impulsos inconscientes del ser humano.
 A raíz de ese cuidado especial se producen varios manifiestos en apoyo al cine o a cineastas, como el caso del texto Hands Off Love, que aún siendo un texto de apoyo a Charles Chaplin debido a los problemas que tenía por el divorcio con su segunda mujer, Lita Grey, valida y valora toda esa rebeldía con que el surrealismo afrontaba la sociedad. También, con motivo de la censura y prohibición de La Edad de Oro, el grupo de artistas que conformaban este movimiento produce nuevamente un texto en defensa de ese cine que veía el escándalo como forma de expresión y crítica frente a esa moralidad que creían hipócrita, profunda y realmente falsa.

 A pesar de ello, aún cuando el cine tiene algunas ventajas para una exploración y expresión surreal, la producción con esta etiqueta ha sido realmente escasa, caso contrario el de la pintura o la poesía, donde las obras de este tipo abundan. Existen muchas películas con extractos surreales o con una estética que los acerca a éste, pero no por ello se podrían catalogar como tal. Si es que la intención es catalogar, claro está.  Aquellos títulos mas puros siguen siendo las obras iníciales como El Perro Andaluz, La Edad De Oro o incluso La Concha Y El Clérigo.

El surrealismo del que hizo parte Buñuel y tantos otros personajes que pensaban la vida era algo más que lo establecido, se caracterizó por ser una vocación libertaria sin límite, que exaltaba los procesos oníricos rechazando las interpretaciones lógicas y racionales. Buscando la forma de expresar verbalmente, o por escrito o por cualquier otro medio, el funcionamiento real del pensamiento, sin intervenciones racionales, estéticas o morales. Surgió inicialmente de allí un movimiento poético, que veía la pintura y la escultura como consecuencias plásticas de la poesía, que buscaba cada vez más formas de expresarse; Pero el verdadero objetivo del surrealismo no era crear corrientes filosóficas, literarias o plásticas, ni ninguna vanguardia artística. El verdadero sentido era buscar la forma de hacer estallar la sociedad, prender fuego al mundo y cambiar la vida del hombre. Toda esta rebelión surreal contra la tradición cultural burguesa estableció sus rasgos políticos, y miembros del movimiento terminaron por ver más viable la militancia en el comunismo, decidiéndose por ella, o llevando militancias paralelas. Buñuel saldría del movimiento para militar en el partido comunista durante un tiempo. Bretón por su parte serviría del surrealismo para la revolución, como se deja ver claramente en el cambio de nombre de la revista. La révolution surréaliste pasa a llamarse, desde 1930, Le surréalisme au service de la révolution.

Buñuel muere en el año 1983, dejando una obra de treinta y dos películas, pasando por tres cinematografías tan distintas como la española, la francesa y la mexicana. Cruzando la historia desde el cine mudo, a blanco y negro, viviendo los inicios del sonoro, trabajando con color, desarrollando films comerciales y otros con el preciso sello de cine de autor, quedando en la historia como el mejor director que el mundo de habla hispana ha tenido. Un director que creía: “una película, salvo que sirva sólo para pasar el rato, siempre debe defender y comunicar indirectamente la idea de que vivimos en un mundo brutal, hipócrita e injusto”.

La obra de este director aragonés se escapa a cualquier concepción o formula unificadora, presentándose inclasificable, cambiante, pero ante todo, viva.

Para Buñuel el cine debía ser un ser vivo que se mantuviese despierto. En el 2010, 81 años después del lanzamiento de Un perro andaluz, podríamos decir que ese primer trabajo de Buñuel es un ser que continua con vida, que a sus 81 años nos continua ladrando fuerte, pidiendo nuevas formas, o mas profundas, de pensar el cine y la vida. 

Ese grupo tan particular del que hizo parte Buñuel veía en el escándalo y la provocación una forma de expresión y de ataque contra esta sociedad. Homenajeémoslo recitando a coro una de las polémicas frases de André Breton: “El acto surrealista más simple consiste en salir a la calle con un revolver en cada mano y, a ciegas, disparar cuanto se pueda contra la multitud. Quien nunca en la vida haya sentido ganas de acabar de este modo con el principio de degradación y embrutecimiento existente hoy en día, pertenece claramente a esa multitud y tiene la panza a la altura del disparo”

Desvío nuevamente los nodos, prefiero terminar con unas palabras provocadoras e irreverentes de Buñuel respecto a El Perro Andaluz: “Un Chien Andaluz es un llamamiento al asesinato” Aunque al parecer no ha matado a nadie. 
Algo falló.
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Gustavo Anaya.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Hola Gustavo, me encanta tu blog.
A partir de ahora tienes una seguidora ;)
Qué buen gusto en cine.
Saludos desde España

Gustavo Anaya dijo...

:D gracias tía!

saludos desde Colombia.